Los sueños y su importancia en nuestro día a día
28 diciembre, 2024
¿Quieres sentir una inmensa e intensa felicidad, un gran amor y un placer absoluto?
5 marzo, 2025Hoy en día es muy común escuchar diplomados, talleres, cursos, libros, conferencias entre otras herramientas para “sanar tu niño interior”, sin embargo es recomendable observar bajo qué filosofía, teoría o perspectiva de la psicología lo están llevando a cabo. “El niño interior” como tal ha sido muy popular para las estrategias de mercadotecnia y venta pero en realidad ¿tenemos un niño interior? De ser así también tenemos un viejito, un adulto y un adolescente interior pero “sanar tu viejito interior” no suena muy vendible ni apetecible.
Es muy lindo pensar que tenemos un mini yo infantil dentro de nosotros encerradito en nuestro corazón y que incluso nos invitan a vernos, a imaginarnos, a ver fotos de cuando éramos esa niña o niño, nos inspira ternura, felicidad y/o dolor, nos evoca la inocencia con la que veíamos el mundo y nos hace despertar una añoranza. Pero no es que tengamos a ese niño interior muy dentro y escondido y que a veces sale, somos adultos y no es posible que tengamos ese “niño interior” y mucho menos que lo tengamos que “sanar” porque ese supuesto niño no estuvo enfermo y tampoco ahora “tu adulto” lo estás por culpa de ese niño que lo “hirieron”.
Lo que definitivamente sí tenemos son necesidades y deseos que no se cumplieron o se satisficieron en nuestra infancia y que crecimos con esa “deficiencia” y que actualmente queremos satisfacerlas o cumplirlos como si fuéramos esos niños, lo cuál evidentemente es imposible. También pueden ser anhelos, necesidades y/o deseos que sí se cumplieron y sí se satisficieron y que quieres seguir haciéndolo de la misma manera que cuando eras niño, un ejemplo de ello es que si tu cada que hacías berrinche te cumplían aquello que te estaban negando, entonces en la actualidad puede ser que sigas haciendo “berrinche” (claro como un adulto) para obtener aquello que te están negando.
Otro ejemplo de lo contario si de niños siempre quisimos que nuestra mamá nos abrazara y lo único que obtuvimos fueron chanclazos, gritos e insultos hoy en día puede ser que tengamos esa necesidad de amor de esa mamá de ese tiempo de cuando teníamos esa edad de que nos abrazara. Hoy en día somos ese adulto que quiere que esa mamá de ese pasado llegue y nos abrace, pero lo que no nos damos cuenta y no es que tengamos que “sanar”, es darnos cuenta de que ese niño ya no existe y que esa mamá tampoco existe y nunca mas volverán a ser.
En la actualidad puede que tengas un abrazo de tu mamá de hoy en día de tu adulto actual, el problema es que no lo aceptamos porque queremos eso que no tuvimos y no vamos a tener jamás, no se ha actualizado esa relación. Es aceptar que nunca jamás vamos a tener ese abrazo que nos faltó y no es que por eso el niño esté enfermo o herido y hay que sanarlo, simplemente esa fue tu realidad, eso fue parte de tu formación de lo que eres ahora y simplemente es hacerlo consciente, reflexionarlo, analizar el ¿por qué buscas ese abrazo hoy en día?, ¿qué representa ese abrazo y esa falta de abrazo hoy?, entre muchas otras cosas y buscar otro tipo de satisfactores siendo tu un adulto ahora en estos momentos con la edad que tengas.
Con todo esto no quiero decir que esté mal, si todo eso te ayuda ¡adelante! Pero mi invitación es a reflexionar un poco más acerca de ese tipo de ayuda porque se puede correr el riesgo de hecharle la culpa a nuestro “niño herido interior” y sentarnos en nuestros laureles y justificar nuestras acciones, o andar por el mundo viendo “niños heridos”. Aprendamos a reflexionar a pensar, a discernir, a indagar, a explorar más acerca de nosotros y nuestro mundo y el ¿cómo es que hoy en día quiero “sanar” a un “niño interior” y cómo es que lo percibo como “herido”?.